Informe de lectura a propósito del texto: El amante de juguete, Narciso como narcosis

El autor Marshall McLuhan hace una reflexión a propósito del mito de Narciso, que puede dar algunas pistas sobre las dinámicas a las que nos enfrentamos hoy en día con el surgimiento de las nuevas Tecnologías de Comunicación e Información.
El autor introduce el texto señalando que alrededor de estemito ha habido una interpretación errónea. Según él, Narciso no estaba enamorado de sí mismo, sino de su reflejo, de la extensión de sí mismo, de la cual tenía conciencia que no era él. 
Pareciera que estas amputaciones, como llama el autor al “reflejo”, a las extensiones de nosotros mismos, surgen como respuesta a “irritaciones” o necesidades, desafíos, cargas que representan para nosotros dificultades o necesidad de cambio. Tal es el caso de la rueda como extensión del pie, dice el autor, que “ante las presiones de cargas nuevas a consecuencia de la aceleración de los intercambios con los medios del dinero y de la escritura fue un pretexto para la “amputación” de esta función del cuerpo”. Y afirma que a la vez que se alivia una “irritación” de una carga cada vez más pesada, se genera una nueva intensidad e acción por la amplificación de una función separada o aislada. Sin embargo, dice McLuhan, con esta amputación llega un “entumecimiento” una pérdida de conciencia, de sentido de una función.
Dice el autor, que cualquier tecnología o invento nuevo es una extensión o autoamputación del cuerpo físico. De la intensificación de un sentido, como resultado de esto, y la pérdida de otro, hay que encontrar un equilibrio entre los demás sentidos y extensiones del cuerpo. Los medios, las extensiones, son un acelerador de la vida sensorial según el autor, que continúa citando a Blake de quien dice que ve al hombre fragmentado por sus tecnologías; fragmentado en sus sentidos, en sus capacidades.
A la fragmentación del sentido, le sigue un “cerramiento” del mismo. McLuhan explica lo anterior mediante un ejemplo en el que dice que si escuchamos la radio o leemos launa páginas impresas, se aceptan esas extensiones y el consiguiente desplazamiento de la percepción que ellas nos suponen. McLuhan propone que es la utilización que hacemos de la tecnología cada día la que nos sitúa “en el  papel de Narciso de conciencia subliminal y de entumecimiento hacia la imagen de nosotros mismos”. Y para explicarlo pone el ejemplo de un nativo americano, que es el servomecanismo, de su canoa, o un ejecutivo que es el servomecanismo de su reloj. En este sentido, dice McLuhan, hay que poner a estas tecnologías, a estas extensiones en un estatus de religiones o dioses menores.
Según el autor, socialmente, la acumulación de presiones es lo que lleva a la innovación e invención, para aliviar las irritaciones. Para finalizar, McLuhan afirma que  la edad de los medios eléctricos que se han convertido en una autoamputación del sistema nervioso, es la edad del inconsciente y de la apatía. Pero paradójicamente es también a era de la consciencia del inconsciente. El hombre ha tomado consciencia por primera vez de la tecnología como extensión de su cuerpo físico.  Para finalizar, el autor reflexiona acerca de que con este despertar, la vida privada, subliminal y social se han puesto a la vista de todos trayendo como resultado que la “consciencia social” se presenta como causa de los sentimientos de culpabilidad.  Y afirma que ahora, “llevamos a toda la humanidad como nuestra piel”, como una extensión.

Daniel Valencia Yepes

1 comentarios:

benedett! dijo...

Lo que planteas está bien, lo que me parece peligroso es decir tajantemente que McLuhan ve en las otras interpretaciones al mito de Narciso como érroneas. Él no plantes las interpretaciones psicoanalíticas desde Freud o Lacan como un error, lo que hace es darle una mirada diferente, apoyadas en sus íntereses desde la comunicación y las tecnologías. Faltó quizás en esta reflexión que sentaras mucho más tu posición con respecto a la lectura.

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