El mundo virtual y el ciberespacio, como nuevo lugar para el arte:

En este metamundo es posible contemplar las expresiones estéticas, artísticas de otros tiempos, de mundos antiguos, pero también propiciará, hasta cierto punto, la aparición de nuevas dinámicas, nuevas propuestas estéticas propias de la cibercultura. Esto no significa que las nuevas formas de hacer arte reemplazaran a las tradicionales, sino que se sumaran al patrimonio de la civilización, a la historia humana.
El arte en la cibercultura o Netart:
A diferencia de las obras de arte tradicionales, de las que perteneces al mundo físico, las nuevas obras producto de la cibercultura son obras abiertas. Es decir, mientras el arte en el mundo real es un arte pensado para permanecer en la mayoría de los casos, para perdurar, para ser un archivo de sí mismo, para conservarse tal cual fue concebida, el arte de la cibercultura es un arte pensado para transformarse, para cambiarse, para evolucionar, mutar, crecer, interactuar. Además posee un cierto carácter de universalidad, por la presencia tan extendida de la red e incluso por su aparición en otras obras. Una obra de arte en el mundo de lo real es una obra acabada; en el mundo virtual siempre está dispuesta a ser intervenida, “reutilizada”, “reinventada”; una obra es potencialmente materia prima de otra. Como menciona Pierre Levy en su texto Cibercultura, informe al consejo de Europa: “Cuanto más explota la obra las posibilidades ofrecidas por la interacción, la interconexión y los dispositivos de creación colectiva, más típica es de la cibercultura… y menos se trata de una obra en el sentido clásico del término”. El aquí y el ahora, una reorganización momentánea del mundo virtual, constituyen el sentido del arte virtual. Pierre Levy hace en el mismo texto una reflexión acerca de que a partir de lo nuevo se ha vuelto a lo arcaico, el arte ha regresado a sus sentido de juego y ritual, de una representación efímera, al estilo de las obras de teatro griegas, no hecha para archivarse, sino para el disfrute y gozo del momento.
Daniel Valencia Yepes
0 comentarios:
Publicar un comentario