Las nuevas técnicas en la cultura; problemas de un determinismo tecnológico

Por: Andrés Felipe Giraldo Cerón 

A Pierre Lévy se le encarga desde el Concejo Europeo, la construcción de un informe que dé cuenta de del “las implicaciones culturales de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC) digitales”. Lévy define de entrada el concepto de cibercultura como: “conjunto de los sistemas culturales surgidos en conjunción con dichas tecnologías digitales”, y explica que se desarrolla en conjunto con el crecimiento del “ciberespacio”. Todo esto lo plantea Manuel Medina en el prólogo que originó el informe del autor tunecino.

Y después de este “ladrilludo” lead, y debido a mi renovado espíritu académico, impulsado por las críticas de un docente en torno a mi pobre análisis, comienza aquí un texto nuevo. Caracterizado por el abuso de la primera persona para un texto de este tipo, al menos procuré una lectura más juiciosa y responsable (recuerden el percance con el texto de Benjamin, nunca lo olvidaré... qué pena).

Comencemos. Una de las discusiones que se podría plantear de entrada es si se puede catalogar como cultura a la “cibercultura”. La otra, si está bien llamar cibercultura a todo un conjunto de significantes culturales, o si esta cibercultura no es más que una parte de una gran cultura, nuestra cultura. Si se sigue la definición de Geertz en “Descripción densa”, se podría llegar a responder parcialmente las preguntas, o al menos a dar luces sobre ellas. Según la definición de este renombrado antropólogo, la cultura es el entramado de actividades humanas que producen significaciones.

De ser así (teniendo en cuenta que esta definición es de las más completas que se ha generado en los últimos años), las actividades humanas que giran alrededor del “cibermundo” cabrían dentro de lo que se denomina cultura. Esto a su vez indicaría que no es necesario delimitar una nueva “cultura cibernética”, al contrario, sería una adición a nuestra cultura. Ahora, Levy propone que cibercultura es un “conjunto de las técnicas (materiales e intelectuales), de las prácticas, de las actitudes, de los modos de pensamiento y de los valores que se desarrollan conjuntamente en el crecimiento del ciberespacio”. Considero que según Geertz, no habría problema en denominar estas técnicas y prácticas cultura, pero no una nueva, simplemente es cultura. 

Me parece interesante la posición que Levy adopta frente al origen de lo que él llama “cibercultura”. Dentro del medio tecnológico, se considera que existe un determinismo que pone a pensar razones como que desde la creación de la técnica y del artefacto se genera la consecuente práctica cultural. Si bien Levy cataloga a la tecnología como una condición, no la sube a la categoría de causa cultural. 

Es de rescatar la salvedad que hace en torno al origen de la cibercultura. Lejos de un determinismo tecnológico, aclara y concede que ha sido la sociedad, la cultura y la tecnología las que hayan desarrollado un ciberespacio, y una “cibercultura”, en palabras de Levy. 

Si bien la discusión es agradable, estoy de acuerdo con Lévy en cuanto a que es complicado creer que desde los inventos se generan prácticas culturales. Estas herramientas son el complemento que en parte posibilitan cierta práctica cultural, pero no al contrario, determinantes de esta, o peor aún, creadores de nuevas culturas. De ser así, nuestras culturas estarían moldeadas por los inventos que se han generado desde la antigüedad, no por desarrollos socioculturales y tecnológicos en su conjunto.

Me gusta más la idea de pensar que han sido las invenciones las que han posibilitado la aparición de ciertas prácticas, pero no llegar al determinismo de concluir que debemos nuestra cultura a las máquinas. Un argumento contundente que se le da a esta corriente, es el del uso individual del aparato, que no genera interacción, mientras realmente entramos a prácticas culturales cuando la sociedad y la cultura participan. Si bien la técnica crea posibilidades sociales, la máquina como unidad aislada es incapaz de generar efectos culturales. Es necesaria la conexión en red para que se puedan dar diálogos, intercambios culturales e informativos.

Esta reflexión es importante por el hecho de que las nuevas dinámicas sociales se están transformando por las nuevas tecnologías, pero no creando. Desde mi humilde posición de estudiante, considero que no hay una nueva cultura, solo una transformación posibilitada por todos esos artefactos. Es una mutación que retoma los elementos preexistentes, los transforma y los adapta a nuevas dinámicas. 

En definitiva, esta era la temática que más me interesaba retomar sobre el prólogo de Media del libro de Levy. Espero haya estado medianamente decente.

2 comentarios:

benedett! dijo...

Está muy buena tu lectura y tu respectivo análisis... cuidado eso sí, a pesar de lo "tostao" (como vos mismo lo definís) de escribir un poco mejor, en algunas partes donde se hace difícil seguirte.

Equipo Cebolla dijo...

Ok tienes toda la razón. De hecho, considero que una de las características que más me gustaría tener en mi estilo de escritura es la sencillez. Me gusta que al leerme sea algo grato, no perturbador. Trabajaré en ello, y no es por disculparme, pero en buena parte creo que si era por el sueño. En fin, para la nota no hay disculpas. Gracias por tu comentario.

Publicar un comentario