La ciberestética en Medellín: escenarios, vínculos y relaciones sociales en las redes


¿Cuál es la importancia que tiene la imagen dentro de las relaciones sociales y la interacción comunicativa dentro de nuestra sociedad? 

Desde que se comenzó con la idea de realizar un activismo social en la web, se pretendió cuestionar la fuerza y la importancia que tiene la imagen dentro de las relaciones sociales y la interacción comunicativa dentro de nuestra sociedad. Han sido varios los trabajos realizados que persiguen este fin.

El concepto de Cebolla nació desde la analogía planteada sobre las diferentes facetas que juega el ser humano dentro de la sociedad. Este tubérculo está formado por numerosas capas, pero es sólo una la que define si se va a comprar o no, la exterior. De igual forma sucede con los seres humanos. La piel es el lienzo que describe, pero las facetas en su conjunto son las que definen. 

Uno de los experimentos de mayor importancia se ha desarrollado, analiza las interacciones sociales dentro de la web. Este estudio constituye un importante antecedente para los estudios sobre el papel o el rol de la estética dentro del contexto colombiano y dentro de la sociedad en red. 

Se buscó que este trabajo recogiera los elementos que se han trabajado desde el inicio del proyecto Cebolla. En realidad podría decirse que engloba la totalidad de los conocimientos recopilados y el aprendizaje de las experiencias vividas hasta este momento. 

La página escogida es Facebook, y se han encontrado interesantes elementos para analizar. A continuación, se ahondará en la explicación sobre el desarrollo del experimento, se presentarán los antecedentes en la web, se estructurará el marco teórico que se va a utilizar para analizar los resultados, se presentarán los números que arrojó en trabajo de campo, y para finalizar, se procederá a analizarlos.

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Antecedentes

En las redes sociales podemos encontrar ejemplos sorprendentes de exposición de la belleza física (sobretodo femenina, como también sucede en el contexto físico) e incluso de competencia, atendiendo a criterios estéticos (también en el contexto físico, como los reinados de belleza). 

En el blog Sabidunet! pueden verse fotografías de adolescentes paisas, extraídas de redes sociales. En ellas puede evidenciarse una preocupación por la imagen, donde se atiende a ideales sociales sobre lo que es bello y deseable. 

No puede decirse que esto sea un efecto del nuevo contexto cibermedial. En el contexto del Medellín físico se tienen estándares estéticos muy altos, donde la belleza y la exposición de la misma son comunes desde la adolescencia. 

Al parecer, las prácticas y valores sociales se transladan del contexto físico al cibermedial, así que si tenemos una ciudad con unos estándares estéticos muy altos, en las redes sociales se verá reflejado en álbumes enteros de fotografías sugestivas, páginas y grupos de "las más lindas", etc. 

El grupo Las Mas Lindas ('las Mas Envidiadas') se encuentra un ejemplo de exposición estética. Cabe preguntarse entonces si lo que se desea no es sólo despertar la admiración sino la envidia. 

En el grupo VerSus Belleza , se encuentran competencias de belleza, en las cuales hay dos candidat@s, y los miembros del grupo eligen y comentan sobre el que más les gustó. 

El número de versus femeninos es mucho mayor, lo que confirma una vez más que la belleza femenina y su alardeo son una característica de nuestra sociedad. 

Los anteriores son sólo unos ejemplos. Estos fenómenos podrían cambiar en otros contextos físicos (otra ciudad o país) o digitales (juegos de rol que permiten crear avatares idealizados) 

En las redes sociales, la belleza física sigue siendo importante. Tal vez los prejuicios no sean inmediatos, pero en nuestro contexto, los altos ideales estéticos que se perciben en las prácticas y sistemas de valores sociales, parece que se transladan del mundo físico al cibermedial. 

Marco teórico

Erving Goffman

Uno de los teóricos que más ha trabajado las relaciones sociales, y la forma cómo nosotros interactuamos, ha sido Erving Goffman. Este sociólogo, se enfocó en el estudio de las relaciones interpersonales, especialmente en la unidad mínima de sociabilidad humana, en los contactos cara a cara, conversaciones, miradas, estigmas, entre otros. 

En su libro Estigma describe qué implicaciones social reales tiene este fenómeno y qué hace que la persona que lo porte sea concebida como menos apetecible, e incluso peligrosa o débil. Esto puede llevar al extremo de la discriminación ya que se percibe que, de alguna manera, aquel que tiene un estigma no es totalmente humano. Se llega así a la noción de normal y anormal, fundamental para el designio de “estigmas” y para la interacción humana.

Aunque toda esta teoría fue desarrollada con base en la comunicación en un espacio físico y en otro contexto espacio-temporal (este libro fue publicado en 1963), puede ser de gran utilidad para analizar fenómenos que ocurren en la red, en palabras de Levy, dentro de la cibercultura y el ciberespacio. Al igual que en el espacio físico, en la red también se crean identidades que cobran forma, personalidad, apariencia y que aunque son intangibles, pueden llegar a imitar una especie de corporalidad, como ocurre en Secound Life. Los estigmas ahora se aplicarían a los perfiles web, inclusive teniendo de entrada más elementos para juzgar que en la vida real, como pasa con los perfiles de Facebook, donde la exploración por el otro sigue basándose en la revisión minuciosa de las fotografías y otros elementos. 

Explorar un perfil de Facebook puede en cierta medida acercarse a un análisis interpersonal de la vida de un sujeto. Ahí está "colgado" lo que más se quiere mostrar de sí mismo. Aunque se podría argumentar que esta información podría estar sesgada por un intento de proponer una imagen idealizada de cada uno, inclusive esta imagen constituye un elemento importante como estereotipo de este sujeto, como ideal propio. 

Volviendo a Goffman, se afirma que el medio social establece las categorías de personas que en él se pueden encontrar, y que en general son las primeras apariencias de alguien las que permiten prever en qué categoría se halla y cuáles son sus atributos o “identidad social”.

Dichos atributos serán objeto de estigmatización si son incongruentes con un estereotipo acerca de cómo debe ser determinada especie de individuos, resultando desacreditador aunque no sea ignominioso en sí mismo. En fin, Goffman define estigma como una relación especial entre un atributo y un estereotipo.

En esta netnografía y en el trabajo de campo que también se ha hecho, se hará especial énfasis en los estigmas tribales y físicos, porque es en ellos donde se desarrolla en primera instancia un juicio sobre otro sujeto sin haber explorado su interior (cabe recordar lo superficial y poco importante que es la información complementaria de un perfil de facebook en el proceso de conocer al otro vía web). Y he aquí precisamente en donde radica el problema que estamos planteando.

Los juicios de valor sobre otra persona basándose en estigmas (según Goffman, condición inherente al ser humano), impiden de cierta forma darle oportunidades al otro de hablar por sí mismo, más allá de apariencias físicas. La construcción social de estigmas, si bien es inevitable desde un punto de vista social, puede regularse. Consideramos que de cierta forma basarse únicamente en un estigma para emitir fallos sobre otros, constituye una forma de generalización impositiva.

Para este trabajo en específico, estudiar si se construyen y de qué forma son evidentes los estigmas, tanto física como cibernéticamente, implica un gran esfuerzo, pero un importante estudio de cómo las tradicionales relaciones físicas se pueden traslapar a un mundo virtual. Desde la sociología de Goffman, podemos entender las formas de rechazo que se generan debido a juicios apresurados basados en la apariencia física o en el origen de un sujeto. Traducido a la web, consideramos que mutaciones de interacciones físicas al cibermedio implican que esta teoría es aplicable totalmente para su respectivo análisis. He aquí un marco teórico importante para este trabajo. 

Guy Debord 
Los fenómenos ciberculturales empiezan a permear escenarios, vínculos y dinámicas sociales. Estas mutaciones han sido descrita desde muchas perspectivas teóricas. 

El filósofo francés Guy Debord, con inspiraciones marxistas, habla de la “sociedad del espectáculo”. Luego de la era disciplinaria, donde toda la sociedad se enfocó en la producción y donde el castigo generalizado buscaba optimizar y potencializar las capacidades productivas de los individuos, entramos en una transición, que responde a las nuevas necesidades de la sociedad, dominada por el mundo económico: el consumo. 

En esta sociedad todo es mercancía, todo es susceptible de ser consumido, incluso, la imagen.

Desde esta perspectiva, vemos cómo los fenómenos sociales en el ciberespacio, tales como las redes sociales y los juegos de rol que permiten el diseño de avatares (como SecondLife), evidencian una alta preocupación por la imagen que se tiene en la red, una imagen del yo idealizada, apetecible y consumible. 

Debord sostiene en su libro La sociedad del espectáculo que la transición hacia la sociedad del espectáculo, ha producido un sinnúmero efectos en la población. Un mundo mediado por una gran cantidad de espectáculos, se presenta ante los nuevos espectadores, que se disponen atentos a ver como todo se vuelve atractivo, todo se vuelve seducción y deseo. 

La identidad debe ser deseable y seductora. La belleza es un ideal que no se diluye en la red. En la interacción cara a cara no podemos evitar tener primeras impresiones erróneas basadas en la percepción visual. En el ciberespacio, sin embargo, esto se desdibuja. No podemos ver cara a cara a nuestro interlocutor y esto puede significar que lo prejuicios de la imagen desaparecen. 

No obstante, los perfiles en redes sociales y los “avatares” son ricos en imagen, demostrando que esta no pierde su valor, más bien se cambia. De la imagen natural que todos tenemos “por defecto” pasamos a una que podemos crear casi a nuestro gusto, y sobre la que también pueden construirse juicios. 

Gilles Lipovetsky
En la actualidad, la imagen juega un papel fundamental, ya que es con base en ella que todo sucede. El filósofo francés Gilles Lipovetsky establece como tesis central de su trabajo en La era del vacío, que: “A medida que se desarrollan las sociedades democráticas avanzadas, encuentran su inteligibilidad a la luz de una nueva lógica, la personalización que remodela en profundidad el conjunto de los sectores de la vida social”. 

Esta nueva individualidad genera una exacerbada búsqueda de la personalidad y de las peticiones singulares, por el consumo y la individualidad, por el vacío. 

Lipovetsky establece unos rasgos específicos de esta nueva era: una búsqueda por la calidad de vida, por las pasiones y la personalización de todo, una sensibilidad ecologista y un culto por la participación y la expresión, todos ideales de la cultura que tiene lugar en el ciberespacio. 

En la “sociedad del espectáculo” ya no hay ideas, sino representaciones, ya no hay fondo sino superficie, ya lo que vende es la imagen y no lo que subyace a ella. 

Cabe preguntar en qué medida la interacción social mediada en el ciberespacio permite o no ir más allá de la superficie. Si al estar mediada, la interacción se libera de los prejuicios de la vista, o sólo se trasladan de lo inmediato (en la interacción cara a cara) a algo más extenso (por ejemplo los álbumes de fotos en facebook y los flogs) o totalmente idealizado (avatares). 

En fin, si pensamos en la sociedad actual, en la cual aparecen movimientos notables como la cibercultura, se nos presentan numerosos retos analíticos en cuanto a los cambios que sufre toda la estructura social. Debord y Lipovestsky nos aportan una mirada bastante crítica, pero sin dudas útiles para acercarnos a la comprensión de los nuevos papeles de lo visual en la interacción humana soportada en la red. 

Planteamiento del experimento

Con el fin de averiguar cuál es el papel de la imagen física en las interacciones sociales que tienen lugar en el ciberespacio, y en concreto, en las redes sociales, el equipo de Cebolla Web se dispone a hacer el siguiente experimento: 

Valiéndonos de la red social Facebook, crearemos dos perfiles ficticios de mujer casi idénticos, con descripciones de la personalidad y gustos similares. Lo único que cambiará serán las fotos de perfil: una de una mujer atractiva (Maria Clara Jaramillo) y otra no tanto (Marcela Giraldo) 

Se enviarán solicitudes de amistad a sujetos de prueba entre los 18 y 25 años aproximadamente, la mayoría hombres de la universidad EAFIT. Se hará diariamente y con un número igual de personas para cada perfil. 

Esto porque hemos encontrado que tanto en el mundo físico como el digital, las presiones e ideales estéticos son más fuertes con la mujer. 

Tenemos la intención de reunir datos medibles de la cantidad de amistades que se confirme para cada uno de los perfiles ficticios, así como la interacción que se pueda presentar (mensajes, chat, etc.). 

Al inicio, se enviaron diez invitaciones de amistad desde cada uno de los perfiles, ocho para hombres y dos para mujeres. A sólo 24 horas de experimento hay resultados que vale la pena comentar. Marcela Giraldo tenía dos amigos, mientras que María Clara tenía seis. (Resalta que uno de ellos fue quien solicitó la amistad, después de ver que alguno de sus amigos la había aceptado).

Además, uno de le los que no habían confirmado la solicitud había escrito un mensaje:

Nos conocemos???

Qué haces???

Aquí, la imagen es el factor determinante. Así sean perfiles ficticios y los sujetos jamás hubieran visto a las mujeres de las fotos, es muy diciente que Maria Clara capte más el interés por parte de los sujetos, hasta el punto que se animen a preguntar y saber más de ella, cosa que no pasa con Marcela.

Vemos que en todos los contextos la imagen se queda corta para conocer a una persona, pero que normalmente las personas les interesa más conocer a las personas atractivas. Sin embargo, estos son resultados preliminares.

Conclusiones
Después de 20 días de transcurrido el experimento, consideramos que tenemos interesantes resultados para mostrarles. Para nadie es un secreto que la belleza es uno de los ganchos más interesantes que se pueden tener dentro de la sociedad. Sin embargo, hemos encontrado que es fundamental la imagen dentro de las relaciones sociales en la web. 

Luego de haber creado dos perfiles en Facebook, con las mismas características, con los mismos gustos, con la misma edad, pero con diferente imagen para mostrar en esta red social, la cantidad de amigos, la intensidad en la actividad social, y los mensajes son muy superiores en el perfil estéticamente más aceptable. Por el contrario, la joven con una imagen para mostrar menos agraciada, carece de la actividad social de la otra muestra. 

Los números hablan por sí solos. Maria Clara (fotografía más llamativa), en el día 20 tiene 48 amigos, mientras que Marcela (el otro perfil), tiene apenas 15 amigos. En parte esto se debe a que a Marcela le congelaron la cuenta en dos ocasiones, por agregar a gente desconocida. A Maria Clara solo le ocurrió esto en una ocasión, y sólo por un día. 

Cebolla quiso que en el transcurso del experimento, nuestras jóvenes cumplieran años. A Maria Clara la felicitaron en 3 ocasiones, aunque se trataba de gente que no la conocía, que nunca la había visto y nunca había hablado con anterioridad con ella. Por otro lado, Marcela no recibió felicitaciones. En realidad la actividad social de ella se limitó a sus 15 amigos, un “me gusta” a su foto de perfil y dos personas que la agregaron. 

Puede decirse que Maria Clara gozó de cierta popularidad en la web. Adicionalmente a la cantidad de personas que tiene como amigos, fue agregada en más de 10 ocasiones, continuamente le hablaron por chat, le escribieron 3 veces en el “Inbox” preguntándole si la conocían, y en un caso extremo, un joven le dio su teléfono celular y le dijo que quería hablar más con ella. 

mujer como estas ? 

Me gustaria hablarte pero nunca te veo conectada

me llamas 317 540 XXXX o me dices y te llamo y asi hablamos mas facil


Si bien esperábamos encontrar una mayor actividad social con Maria Clara, tenemos que decir que no contábamos con que las diferencias fueran tan evidentes, y que la indiferencia ante Marcela fuera tan grande. 

Aún más que la falta de actividad social de Marcela, sorprende los niveles comunicativos y el interés que generó el perfil de Maria Clara. El género masculino le habló con galantería, la felicitaron por su cumpleaños y le ofrecieron encuentros. Las mujeres también la agregaron, pero no hubo interacción social entre ellas. 

Guy Debord plantea que en la sociedad moderna, la cual conceptualiza como la “sociedad del espectáculo”, todo es mercancía, todo es susceptible de ser consumido, incluso, la imagen. Todo se vuelve atractivo, todo se vuelve seducción y deseo. 

Así, los perfiles en redes sociales deben cumplir con esta exigencia, mostrando imágenes atractivas, deseables, y en últimas, consumibles. Aquellos perfiles que cumplan con esto, serán más exitosos. 

Guilles Lipovetsky, por su parte, dice que en esta sociedad ya no hay ideas, sino representaciones, no hay fondo sino superficie, ya lo que vende es la imagen y no lo que subyace a ella. 

Esto también apoya la idea de que la imagen de Maria Clara, al ser más atractiva, motiva más la interacción y el éxito social. 

Según esta perspectiva, el éxito social de Maria Clara estaría explicado por la imagen, un valor ampliamente premiado en esta sociedad. El diseño del experimento buscaba mantener la mayor cantidad de constantes posibles, de modo que las diferencias entre ambos casos estarían dadas exclusivamente por la imagen. 

Esto sucede también en el mundo físico. Vemos cómo el éxito social, que toma a la imagen física como una de sus variables más importantes en nuestro contexto, es muy importante tanto en el mundo físico como en el ciberespacio. En general, no se notó que, al estar mediadas, las relaciones interpersonales se liberaran de los prejuicios provocados por la imagen. 

Incluso pareciera que la apariencia física, al menos en el contexto de las redes sociales, jugara el papel más importante o aún, el único, como muestran los resultados del experimento. 

Ervin Goffman también nos da claves importantes para analizar el experimento. Bajo el concepto de “estigma”, este autor establece como elemento central de las relaciones sociales humanas, la creación en cada una de las personas insertas en una sociedad de estereotipos que prefiguran una imagen para cada persona que se conoce. 

Según Goffman, el estigma es una marca física visible, entidad creada con base en 1) la apariencia física, 2) el origen étnico, 3) comportamientos. La generación de estigmas en la sociedad es una forma de prever comportamientos y es esencial en las interacciones humanas. 

Sin embargo, consideramos que el problema radica cuando la configuración de estigmas se convierte en el único elemento rector de la comunicación dentro de la sociedad. 

El estigma es útil en la primera fase de conocimiento de las personas, en una especie de transición, donde los sentidos son fundamentales para prevenir, confiar o juzgar. Claro está, si el estigma (en este caso de apariencia física, único realmente operativo en las relaciones vía web), se convierte en el criterio unitario para mediar las relaciones humanas, y deja de ser una herramienta usada en la etapa de conocimiento del otro, encontramos un problema. 

Esto es lo que analizamos con este experimento. La creación de estigmas visuales y físicos (una física de la imagen no corpórea en la web), al menos dentro de nuestra sociedad, son característicos de las interacciones humanas, y son determinantes en la forma como nos relacionamos. 

Se trata de un estigma muy fuerte, que obscurece otros elementos de la persona, del perfil en este caso, y que se prolonga en el tiempo como estandarte para emitir juicios de valor. 

Los resultados arrojados en el experimento muestran que somos profundamente estigmatizadores. La información adicional que poseían los dos perfiles era exactamente igual, y aunque es una forma muy superficial de conocer los gustos de otra persona, estos no sirvieron ni influyeron de ninguna forma en cómo los otros trataron a las dos jóvenes, a Maria Clara y a Marcela. 

Fue la imagen, la foto, el éxito de Maria Clara, el fracaso de Marcela, lo que influyó para que una alcance casi los 50 amigos y la otra apenas 15, o que a una la hayan felicitado por su cumpleaños muchas veces, en contraste del muro vacio del segundo perfil. 

La tendencia social de esta cultura por establecer a la imagen como máximo valor y sinónimo del éxito, se potencializa en la web, en las redes sociales, al convertir a la fotografía como la única carta de presentación válida… siendo categóricos podría decirse que somos superficiales, y las redes sociales nos ayudan a serlo más. 

En general, este es un balance de lo que encontramos durante estos 20 días. Por ahora, los números, los rostros y las caras dominan en la web y esta sociedad mediada por la imagen: para tener éxito social es indispensable la apariencia.

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